MIS MANOS MAGICAS
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Pasarán los días, los meses y años años y seguiremos recordando a nuestra querida Azu
Revista Misionero
Los Mochis Sinaloa.- A la memoria de mi tía Azu;
(*)MIS MANOS MÁGICAS
Por Elvia Angélica León
La verdad no sé por dónde empezar a escribir esto… Solo sé que te extraño con el alma y nunca pensé que un miembro de mi familia me pudiera faltar en algún momento, pero ahora que lo estamos viviendo no se lo deseo a nadie!.
Dios y la vida decidieron arrancarme una persona de las más preciadas que tenía y no hay palabras que describan el dolor que siento en el alma, no hay palabras que yo puedo utilizar para expresar mi sentir…
Me sirve de desahogo y me consuela un poco escribir, porque sé que era de las cosas que más disfrutabas hacer en la vida, escribir todo lo que sentías, memorias que tenías de tu infancia, de tu juventud, estoy segura que todos los que tuvieron la oportunidad de leerte sabían que tú principal inspiración fue siempre Dios y tu familia, siempre te inspiraste en cada uno de los que te rodeabamos para escribir sobre Dios, sobre enseñanzas que nos dejaban un gran mensaje a los que te leíamos!.
Repito que te extraño con el alma y no hay un solo día en que yo no te piense, en que no te recuerde, estos últimos días principalmente me he acordado de muchas vivencias de nuestra infancia en el Poblado 5 Valle de El Carrizo, empezando por todas las mañanas que te parabas a alistarme para ir al kinder-primaria junto con mi hermana, las noches que me sacaste a la calle para contemplar la luna y las estrellas porque era la manera de conectar con mi mami que por motivos laborales vivía en la ciudad de Los Mochis y tú fuiste tan valiente por asumir ese rol, esos cuidados, esa protección para mis hermanos y para mi, estábamos a tu cargo!.
También vienen a mi mente las tardes en las que preparabas mi vaso de leche con chocomilk para ir a sentarme al pasillo (la estancia de la casa) a ver la tele y esperar la cena o después simplemente ir a dormir, la lucha por meterme a bañar porque a mí me ganaba el cansancio o las veces en las que tú tenías que terminar una costura, como la mayoría ya sabe ella tuvo algunos años un taller de costura en el Poblado 5 y yo todas las noches de desvelo la esperaba acostada incluso me quedaba dormida abajo de la silla en donde ella estaba realizando sus costuras.
Una de las ocasiones yo quería ayudar a que ella terminara su costura más rápido porque me daba cuenta de cómo se esforzaba por realizar sus trabajos perfectamente por lo tanto le llevaba tiempo terminarlos, así es que para agilizarle el trabajo decidí ayudarle a poner ojillos «ayudarle» porque le puse ojillos por todos lados a un vestido y ella muy a su manera me llamó la atención y gracias a Dios pudo componerlo, al paso de los años lo recordábamos con risas y hasta bromeábamos del tema!.
En otra ocasión también de pequeña como travesura de niña decidí rayar la lista de asistencia de mi maestra y después de hacerlo lo único que pasó por mi mente fue irme a los brazos de mi tía Azu, agarré camino a mi casa y llegué asustada… Ella me hizo enfrentar la situación regresar a la escuela y dar la cara, de igual manera al paso del tiempo lo recordábamos entre tantas risas. Tengo muchísimos recuerdos que no me alcanzaría un solo escrito para expresarlos, me parece tan impresionante la manera en la que la vida me dice que valoremos cada segundo, cada instante cuenta, cada persona que tenemos alrededor cuenta mucho, vale oro y los momentos pasan y no regresan pero yo la recordaré con amor toda mi vida, corta o larga toda mi vida será de bendición porque la tuve en mi camino a ella! Me enseñó tantas cosas, doy gracias a Dios por su vida y doy gracias a Dios porque pudo compartir un pequeño lapso de tiempo al lado de mi hijo Mateo, lo disfruto de día y de noche y tengo una gran tarea: explicarle a mi hijo sobre quién fue MI TÍA AZU, mí manos mágicas, mi segunda madre, ella me decía siempre que mi hijo era su mayor alegría y estoy segura que así lo fue!.
Tengo muchas imágenes que le voy a platicar a mi hijo, de la gran mujer que fue, como dedicó su vida a nosotros, a su familia, a mis hermanos y a Dios.
No busco un porqué que me pueda explicar el hecho de que ya no estés aquí, sólo toca aceptar la voluntad de Dios y continuar nuestro camino, aprender a vivir con tu ausencia y donde sea que estés que estoy segura en dónde te encuentras, que te sientas orgullosa de la persona que soy! Extraño que me hables y me digas que ya había salido tu nueva publicación en en El Misionero, la revista para la que colaborabas, extraño tus mensajes de buenos días, extraño que me lleves en tus oraciones, extraño verte, sentirte! extraño tantas cosas…
Estuviste siempre en los momentos más importantes, graduaciones, triunfos, momentos difíciles, de salud, de felicidad: SIEMPRE! Te amaré eternamente, te llevo en mi corazón y mi mente te piensa cada segundo. Un beso hasta ti mi hermosa Tía Azu!
León Urquidez Elvia Angélica
(*) Azucena León Urquidez fue fiel colaboradora de la publicación Cristiana Misionero, sucumbió a la pandemia del Covit19, después de permanecer hospitalizada por más de dos semanas finalmente falleció el 12 de junio de 2020. Dejando en este medio de comunicación un hueco difícil de llenar.